En un lugar donde remar se vuelve romántico y el calor se vuelve refrescante. Bajo el bochorno de mayo con olor a verano.
Olor a verano
De esos bochornos en los que te ahoga la ropa. En los que el sol sale y se esconde. Y de rato en rato la lluvia cala sobre la espalda. Sobre el rostro y sobre la garganta, hasta descender a ese lugar donde todos desearían mojarse. De lluvia. Para después secarse bajo el sol tumbados en la hierba o andando sobre ella. Como si hubiese arena en lugar de hierba. En un lugar donde no hay playa pero hay agua. Una barca sobre el agua estancada. Sin sombra.